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Consejos para afrontar la pandemia

Estos consejos no son los emitidos por la OMS o entidades oficiales pero agregan algunas recomendaciones de sentido común y pensamiento reflexivo, algo que falta en las noticias que recibimos a diario.
– Utiliza mascarillas de protección facial en cualquier lugar exterior a tu casa o incluso dentro de casa si hubiera casos sospechosos o con síntomas.  Al utilizarlas deben tapar la nariz y boca y estar , lo más posible, próximas a la piel, por debajo de los ojos.- Aliméntate bien o toma vitaminas y minerales si tienes mas de cuarenta años. No hay deportista profesional, en el mundo, que no tome vitaminas o un camión de suplementos (y tienen 20 años!); pero a la población común la envían a comprar alimentos frescos al mercado o feria. Alimentos que muchas veces provienen de cámaras de frio y han perdido muchas de sus propiedades nutritivas. Consulta a tu médico sobre cuales suplementos de vitaminas y minerales debes tomar. Y si te envía a la feria ya sabes que decirle.- Todavía es buena opción salir lo menos posible. Si bien la mayoría de los países han salido de cuarentenas estrictas, ahora están a la espera de una nueva ola de contagios. Si sales, al regresar tienes que quitarte toda la ropa que has utilizado en el exterior, lavarte las manos o aún mejor, una ducha completa de agua y jabón.

– Utiliza guantes cuando vayas al supermercado o a al cajero automático a retirar dinero. No hay como los guantes para no llevarte las manos a la cara. Además te recuerdan todo el tiempo, que tienes que tener precaución de contagio. Y ayudan al resto de la población a tomar conciencia de la enfermedad.

– En zonas con cuarentena estricta, no saques a pasear al perro. Si lo sacas y somos coherentes con toda la información que hay sobre el Covid-19, al regreso del paseo, tendríamos que bañar al perro. Porque si el perro sale, toca una superficie contaminada (suelo, árbol, personas, perros, etc) y luego en casa toca cualquier superficie sobre la que puedas apoyar una mano. Si te llevas esa mano a la cara, es probable que quedes contagiado.

– No hagas fila, dentro de lo posible, en mercados, bancos, etc. Si ves que hay fila, recorre y busca otros lugares donde no haya que esperar. La espera junto a otras personas puede aumentar las posibilidades de contagio así este utilizando mascarilla.

– Si vas al supermercado, busca un horario en que haya poca gente. Generalmente los días peores son los viernes, sabados y domingos. Y trata de ir lo menos posible, haciendo una única compra donde consigas todo lo que necesitas para quince días o un mes.

– Si hace un día soleado, con más de 20 grados, es fin de semana y se te ocurre ir a algún lugar al aire libre: playa, sierra, campo , parque, etc. No vas a ser el único que tenga esa idea. Lo más probable es que miles de personas piensen lo mismo y que cuando llegues, o ya de ida, encuentres la carretera completa, todos yendo hacia el mismo lugar. Entonces, antes de partir, debes pensar hacia donde nadie iría y dirigirte hacia ahí. Las ciudades tienen muchos rincones hermosos donde hay poca gente. Recuerdo que cuando, hace años, fui a realizar un posgrado de educación a Madrid, el parque del Retiro estaba, todo el tiempo, repleto de gente. Pero si lo cruzaba, completo y corriendo, rumbo a la fuente de Neptuno, encontraba una hermosa plaza donde habían dos o tres personas. Luego de clase, iba a estudiar ahi, lugar absolutamente tranquilo en el medio de la urbe donde solo se escuchaban algunos pájaros.

– Evita ir a lugares, de ocio, adaptados a la nueva normalidad como bares, cafés, restaurantes que separan mesas como medida preventiva. Es imposible evitar, en esos lugares, que alguien camine cerca de ti y te respire encima. Y si esta persona está de pie y tu sentado, te caerá todo un aerosol vírico que no evitará ningún tipo de mascarilla. Y otro detalle importante es que tanto para comer o tomar un café tenemos que quitarnos la mascarilla. Aún peor. Y todo por tomar un café, una cerveza o un almuerzo que puede resultar más costoso que nunca, por sus consecuencias sanitarias. Además el gran problema de los bares y restaurantes no es el espacio para el público sino las cocinas donde es imposible mantener un distancia de protección y donde trabajan dentro del vapor típico de ese ambiente de trabajo.

– Trabaja. Que estés en casa no significa que no tengas nada que hacer nada. De hecho hay más trabajo que nunca. No hay que pensar el trabajo, únicamente, como algo remunerado. También existe el trabajo voluntario o el creativo. Y para estos dos últimos hay mucho trabajo por delante.

– Has actividad física para no perder forma. Vigila peso y pulsaciones. Ver post al respecto.

– Ignora hasta que no haya una cura definitiva al virus y en lo posible, los llamados de regreso a una nueva normalidad o nueva realidad. Es cierto que mucha gente debe salir a trabajar porque realizan tareas esenciales. Y también trabajadores de sectores no esenciales pero fundamentales para la economía de un país como son todas las actividades de perfil exportador (agricultura, ganadería, industrias, etc) . También saldrán a trabajar los que no pueden teletrabajar o que trabajan en sectores que implican tareas presenciales: almacenes, tiendas, farmacias, transporte, etc. Pero de ahí a tener que volver, como usuarios, a rubros no esenciales como cafés, centros comerciales, parques, deportes de contacto,  bares, hoteles, viajes, etc donde es casi imposible mantener la distancia social de dos metros a la redonda.

– El regreso a la educación presencial debe ser voluntario. Es absolutamente innecesaria la urgencia de hacer regresar a niños y adolescentes a sus aulas presenciales. Lo más probable es que muchos se contagien y terminarán contagiando a sus hermanos, padres o abuelos. Y todo por ir a aprender cuatro conocimientos básicos, que cuando lleguen a adultos una computadora o robot utilizará por ellos.

La enseñanza presencial se preocupa de explicarles a los niños lo que es el covid-19, es pensar como en el siglo XIX; lo que hay que explicarles es porque se los envía a ser posibles vehículos de contagio hacia los seres que ellos más quieren: su familia o amigos. ¿Qué pensarán cuando sean adultos y reflexionen sobre está pandemia? Muchas cosas pero sin duda que mas de uno pensará qué los enviaron a la escuela porque los padres tenían que trabajar y no tenían donde dejarlos. Si es así, hay que reformar las escuelas hacia algo parecido a un refugio o centro deportivo donde puedan jugar, socializar, hacer deporte, discutir, hacer preguntas sobre lo que estudian en casa, etc. Pero no mantener todo una aprendizaje presencial obsoleto ,que bien, puede ser realizado en forma remota  o cambiado radicalmente.

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